Mayo 2002 – SALVADOR COSTA PARGA
SALVADOR COSTA PARGA
Nacido en el barrio de Caballito, Capital Federal, el 7 de octubre de 1921, llegó a Rosario a fines de la década del ’50, luego de la muerte de sus padres. Es un auténtico sabio que aprendió a leer y escribir a los 4 años. Ya adulto se convirtió en un antropólogo especializado en Lingüística, y su afán de conocimiento le ha permitido tener un gran dominio lingüístico sobre 9 idiomas, y la comprensión de una docena más. “Los lingüistas trabajamos muy arduamente para tratar de salvar los “pedacitos” de idiomas que se están perdiendo.” |
Sobre su paso por la Universidad de Rosario, Salvador explica que daba clases en la facultad de Humanidades, en la escuela de Antropología que tiene tres “patas” la arqueología, la etnología y la lingüística. “Empecé a dar clases regularmente en 1971, se trabajaba seriamente hasta el ´73 donde entró la política y ahí comenzaron los problemas. Me echaron. Cinco meses estuve sin trabajo hasta que Gualberto Venecia me hizo reintegrar, le estoy muy agradecido por eso. Los militares pensaban que yo no servía, tiraron parte de trabajos como los de mi compañero Ibarra Grasso . Cuando empezó todo esto, revisaban todo y era en un silencio absoluto, incluso había una casilla como de espionaje dentro de la facultad, desde ahí vigilaban todos los movimientos. Yo, como no tenía nada que ver con la política, nadie me tocó hasta que dijeron: No sirve. Y así, arruinaron bibliotecas, las saquearon, y si veían un libro en ruso lo quemaban”.
-¿Cuándo comenzó su relación con Dick Edgar Ibarra Grasso?
Yo estaba siempre ligado a la Facultad como un alumno libre. Ibarra Grasso un día me examinó y me dijo que verdaderamente yo debería formar parte del grupo en el que estaba él, dirigido por Ricardo Orta Nadal que se dedicaba principalmente a arqueología, Germán Fernández Guizzetti se dedicaba a la lingüística, pero lo echaron por política, y después me encargué yo. Más tarde volvió y seguimos los dos en el grupo. Ibarra Grasso me llevaba ocho años, éramos amigos. Para los alumnos era muy duro, muy terrible porque no perdonaba una sola falla en el alumno. Siempre le gustaba hacer demostraciones con figuras y no mucha charla. Las figuras explicativas e ilustraciones se caracterizan en sus 23 o 24 libros publicados. En cambio, en la lingüística las ilustraciones son escasas, todo tiene que ser por escrito.
-Y, en la actualidad ¿Cómo ve a la Universidad?
-Veo una facultad politizada, mal, poca gente que quiere mantener el nivel, no es como en aquel tiempo. El problema es la política dentro de la universidad, es esencialmente este motivo el que hizo y hace decaer el nivel. Ahora tengo alumnos particulares y una jubilación mínima.
-¿Siempre se dedicó a la lingüística o hizo otras actividades?
Mi carrera universitaria se desarrolló en la Universidad de La Plata, en la Licenciatura de Letras. En Buenos Aires trabajaba en el Banco Central de la República Argentina como traductor de documentos en cinco idiomas y como intérprete en tres (inglés, francés y alemán). Cuando ingresé, me tomaron un examen de cinco idiomas. Venía uno a tomarme un idioma, después otro para otro y así cinco personas para los cinco idiomas. Los aprobé todos. Sin embargo… ¡Tenía el sueldo de un ordenanza!. También tuve en Radio Universidad de La Plata, en 1951 y después en 1956, un programa cultural que lo titulé “A través de las palabras” y donde tomaba temas de astronomía, de ciencias naturales, de antropología y los divulgaba.
-Dentro de su especialidad, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
-Lo que más me gusta es hacer un examen comparativo de todas las lenguas del mundo, ya lo han hecho en Canadá, Estados Unidos e Inglaterra . Hacen comparaciones a escala mundial porque son casi tres mil lenguas agrupadas en unas 120 familias y es algo asombroso. Esas familias hablaban un mismo idioma, pero con el paso del tiempo se fueron asentando en diversos lugares y la continuidad se fue perdiendo y desvirtuando el idioma. En Europa se encuentra el idioma más conservado de nuestra familia, es el “museo de nuestros idiomas”: el Lituano, y los lituanos son casi todos analfabetos, trabajadores rurales y su idioma es sorprendente por lo anticuado. No hay casi ninguna palabra lituana en castellano, pero en el fondo son parecidas.
-¿Se pueden estudiar varios idiomas a la vez?
Se pueden aprender varios idiomas juntos, yo aprendí Francés e Inglés a la vez. Aprendí portugués porque mi abuela lo hablaba, nunca se me ocurrió ir a un lugar a aprender porque lo tenía ahí. Mi padre sabía alemán pero no sabía enseñarlo, entonces aprendí sólo algunas cosas como los números. Ya más grande, comencé a estudiar latín y a difundir su estudio. Dediqué mi tiempo a eso.
-¿Cuántos son los idiomas que domina?
-Yo no los domino, ellos me dominan a mí. Conozco y enseño con su correspondiente gramática nueve idiomas más o menos bien. Y luego tengo estudios de tipo lingüístico sobre muchos otros idiomas. Los 9 idiomas que hablo y enseño son: latín, griego, alemán, castellano, inglés, francés, italiano, portugués y ruso. También comprendo el tupí-guaraní, quechua, mapuche, toba, hebreo, rumano, catalán, gallego, vasco, lituano, húngaro, árabe, sánscrito, todos de forma científica, pero no como para hablarlos.
-¿Cuándo se originó el primer idioma?
Es cómo si me preguntaran cuando se inventó la rueda. La rueda se inventó después del carro. Eso es lo que cuesta darse cuenta. ¿Por qué?. Porque primero fue el arrastre. Después el arrastre sobre pilotes, luego el pilote adelgazado y finalmente la rueda. Los idiomas que hoy hablamos son transformaciones de lenguas que se hablaron hace milenios. Según la teoría de Merritt Rühlen, que escribió en 1994 un libro en inglés titulado “Origen del Lenguaje”, todas las lenguas del mundo derivan de una lengua original.
-¿Por qué en la Argentina, no todos hablamos de la misma forma siendo que tenemos el mismo idioma?
-Por la misma causa que en todo el mundo hay más de 3.000 idiomas. Aquí, la mayor diferencia se encuentra en el cordobés, que alarga las vocales. Y eso se debe, a mi entender, a una base indígena. Los comechingones y sanavirones hablarían así. Una ley antropológica general dice que la llanura unifica y la montaña divide. La provincia de Córdoba es montañosa, y en las montañas cuando cae la nieve, durante gran parte del año ciertas poblaciones permanecen aisladas de otras. Esto, repetido cientos de años, hace que el idioma sea diferente. Por ejemplo, en Europa, en la región vasca existen 8 dialectos que casi son idiomas distintos. En España el dialecto que más se parece a como hablan los argentinos, es el murciano y después en general todo el sur de España.
-A su entender, ¿Cuál es el idioma más fácil de aprender?
-Para nosotros, los latinos, es el asturiano o el aragonés. De América, el quechua es relativamente fácil de aprender, pero los indígenas les reprochaban a los europeos diciendo: “Ustedes se creen superiores y sin embargo no pueden aprender nuestros idiomas”. Para los chinos el más fácil de aprender es el tibetano. El idioma gallego, aunque parece fácil, no lo es, ya que tiene su gramática compleja.
-La globalización, ¿hace que se dejen de utilizar ciertos idiomas?
-Sí. Están desapareciendo muchas lenguas. Los lingüistas trabajamos muy arduamente para tratar de salvar los “pedacitos” de idiomas que se están perdiendo. Actualmente, se están perdiendo muchos idiomas, tal como se pierden las especies vegetales y animales. El lenguaje campesino, rural, que se hablaba en la Argentina está representado en el “Martín Fierro” de José Hernández. Hoy ya no existe esa diferencia con el habla de la ciudad. Igual pasó con el lunfardo, una jerga que así como se adoptó, se perdió. Ya nadie habla el lunfardo. Los dialectos que viven, que quedan permanentes son los que tienen multitudes que los hablan cotidianamente.
-¿Cuál es el idioma que tiene más sonidos?
-Las letras son la manera gráfica de expresar sonidos de algún idioma. Los idiomas que tienen más sonidos son las lenguas caucásicas, muy complicadas. El eslavo actual, ruso, ucraniano, tienen sonidos de mucha complejidad. Luego, se puede nombrar el maya del sur de México y Yucatán. Las lenguas del Pacífico son las más pobres en sonidos. El castellano es quizá el idioma más rico en vocabulario de toda Europa, pero en sonidos es pobre.
-¿Qué le recomendaría a alguien que se quiere iniciar en lingüística?
-Para pasar de la gramática casi infantil de las escuelas y entrar en temas más profundos, lo mejor sería comenzar a leer al gran investigador gallego Ramón Menéndez Pidal. Luego seguir con Joan Corominas y Vicente García de Diego.
-Salvador, ¿actualmente publica sus trabajos?
-No los publico porque es mucho trabajo entregarlos a quienes no le dan valor, incluso en algunos diarios me los perdieron. Tanto en diarios como en radio me ofrecí para colaborar pero nadie llamó para preguntar. No tuve ningún tipo de reconocimiento en ningún sitio, lo mismo pasó con Ibarra Grasso. Visité la facultad y sólo dos personas me conocieron, yo solamente me carteo con solemnes desconocidos como yo.
-Con su experiencia, ¿qué opina del futuro de la Argentina?
-No soy futurólogo, no vaticino. Pero les diré lo que decía Ibarra Grasso cuando le preguntaban acerca de estas cosas: Cuando estaban los tiranos griegos en Sicilia, iban todos a los templos a pedir que se muriera el tirano de turno, y hubo una viejita que iba y gritaba: ¡Que viva el tirano!. Entonces se acercaron y le dijeron: Usted es la única que desea que viva el tirano ¿por qué? Y les contestó la viejita: He visto tantos, cada uno que viene es peor que el anterior, entonces prefiero que siga viviendo para que no venga otro peor…
Profesor Salvador Costa Parga
2000 – Rosario-Santa Fe
Silvana Caletti
Rosarioeduca