Octubre 2003 – CECILIA BIXIO

2003octubre

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CECILIA BIXIO

2003octubre

Entrevista realizada por el licenciado Hugo Marengo, en el marco de la realización un trabajo de campo sobre Psicología de la adolescencia, dentro de los programas curriculares del Profesorado pedagógico.

““Actualmente, en la Escuela se usa mucho tiempo para enseñar y poco tiempo para aprender…  la responsabilidad, la función del docente hoy es construir ese espacio…”.”

Cecilia Bixio es Psicopedagoga. Maestranda en Educación: Orientación Teoría y Currículo en la Universidad Nacional de Entre Ríos.

Docente / Investigadora  de Psicología Educativa y de Trabajo de Campo Educacional en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario.
Jefa de Redacción de la Revista Aula Hoy (Homo Sapiens Ediciones, Rosario.)
Ha publicado diversos artículos y libros sobre la problemática de la educación, el aprendizaje y la escuela, entre los que se destacan “Enseñar a aprender”, ”Conocimientos significativos en la EGB” y “Como construir proyectos en la EGB”.
Es asesora Pedagógica de la Escuela Cooperativa Casaverde, de General Roca, Río Negro.
Capacitadora en diversas provincias de la Argentina

– ¿De qué manera influye el contexto socioeconómico y cultural en el proceso de enseñanza – aprendizaje?

Ahí lo que tendríamos que plantear es: Que no se aprende en el vacío. Es la primera cuestión. Todo lo que aprendemos lo aprendemos en un determinado contexto, en una relación, en una relación que es con otro pero que se da en un determinado o determinada situación social. Si bien la Escuela tiene una microcultura particular, los aprendizajes que se dan en la Escuela, en la Escuela atravesada por el contexto actual, lo que se aprende, se aprende en función de ese contexto. Están determinados los objetos de aprendizaje por el contexto en el que están. Uno de los problemas que tenemos hoy es que los objetos de conocimiento, los contenidos curriculares, los contenidos del aprendizaje no están atravesados, podríamos decir,  culturalmente para el adolescente, o sea  no tienen la pregnancia de la significatividad social estos contenidos, sino que más bien están atravesados, valorados, significados por otro tipo de concepción, y esta concepción está en relación con lo que llamaríamos la crisis social. Como crisis de época, como crisis de postmodernidad. Ahora específicamente acá, en Argentina, en Rosario, esta crisis asume características distintas, en los diferentes márgenes de la ciudad, en el contexto socioeconómico. Obviamente que esto último siempre influyó en relación a la Escuela. Yo diría que la diferencia hoy, más bien está planteada porque la Escuela, una de las cuestiones como promesa de la Escuela era el ascenso social, ¿Si?. Entonces los grupos más desfavorecidos veían en la escuela una posibilidad de ascenso social, esto es como que ya no tiene el mismo valor, ni el mismo peso que tenía antes. Esto hace que algunas cuestiones que por ahí tienen que ver con el porqué o para que voy a la escuela que se puede preguntar el adolescente en algunos contextos, quede aparentemente más desvalorizada, porque no hay garantías de ascenso social. Sin embargo en los contextos socioeconómicos más pudientes la información es tan abundante y lo que la Escuela muestra es tan poco significativo, no porque sea poco significativo en sí,  sino por esto, porque no tiene este atravesamiento de significación cultural fuerte que tenía antes, que parece que voy a  la Escuela a perder el tiempo, que todo lo que tengo que aprender, todo lo interesante que me muestran los medios masivos de comunicación, la red de Internet, los viajes que hago con mi familia, con mis amigos, etc. es mucho más fuerte que aquello que la Escuela tiene para presentar. Entonces, por un motivo en un grupo y por otro motivo en el otro, la Escuela pierde su sentido de ser. Para los grupos más desfavorecidos ir a la escuela implicaba cierta garantía  o por los menos la ilusión de ascenso social que hoy está perdida y para los otros grupos la Escuela significaba un  lugar dónde ir a construir aprendizajes y conocimientos, donde iba a entrar en un  mundo de la ciencia, del arte, de la técnica que si no iba a la Escuela no tenía otro lugar para hacerlo, y eso hoy lo tiene en cualquier otro lugar. Esto es lo que pasa como imaginario para el adolescente, pero yo creo que acá hay que hacer una aclaración, un  punto de aclaración al menos y es que tenemos que diferenciar esto que parece como información de lo que es la educación como proceso en la escuela y esto que es la ilusión del ascenso social con las posibilidades que hoy la Escuela también le brinda a estos grupos más carenciados. La supuesta ilusión de ascenso social, que está perdida como ilusión, sin embargo los más desfavorecidos siguen apostándole a la Escuela. Le siguen apostando a la Escuela, sigue habiendo un  reconocimiento de que lo que no pueden encontrar en la escuela, tampoco lo van a encontrar en ningún otro lado. Digo, esto que puede ser un obstáculo para el aprendizaje, que pierde sentido la función de ascenso social de la escuela, uno puede decir: “ Y  bueno, por eso no les interesa ir”, por que lo que buscan estos grupos es el ascenso social que la Escuela les había prometido, pese a que hoy esto queda demostrado que no es así, estos grupos más desfavorecidos siguen apostándole a la Escuela, o sea, sigue apareciendo fuerte este interés por aprender, y los grupos, podríamos decir, más marginales, incluso, son aquellos que ni siquiera a la alfabetización misma pueden acceder si no la obtienen en la Escuela. Esto no es garantía de que vayan, porque también en estos grupos, los que han quedado más marginados, los excluidos, digamos son donde se juntan los mayores porcentajes de analfabetismo; pero que no asistan a la Escuela por otros motivos, no quiere decir que no pongan interés en la Escuela, se entiende. Tal vez no pueden asistir, pero no porque no les interese y cuando aparece una posibilidad o una oportunidad uno ve en estos grupos que siguen haciendo el intento, sigue estando puesto el deseo de ese aprendizaje. Ahora, con respecto a estos otros grupos, los grupos que tienen acceso a todas las fuentes de información y que por lo tanto ven que en la Escuela lo que aparece como contenido, como objeto de conocimiento es poco significativo, poco interesante porque aparece la, y acá sí es una ilusión, de que la información la tienen, acá la diferencia estaría dada en  lo que es tener acceso a la información y lo que es un proceso de aprendizaje y educación. Esto como no está claro tampoco para la Escuela, la Escuela se siente invadida por esta supuesta preponderancia de los medios de comunicación respecto de la información. O sea, la Escuela tampoco ha asumido con claridad que su función no es informar, todavía, y las políticas neoconservadoras insisten además en esto, en que la función de la escuela es la información y ahí la escuela siempre va a estar atrás. ¿Quien puede como institución educativa tener más información que la que puede tener en la red de Internet cualquier pibe que con un peso se conecta desde un ciber, más allá del que lo tiene en su casa? Obviamente que nunca. ¿Qué currículum puede dar cuenta de toda la información que en el Discovery Channel puede tener cualquier pibe que tenga interés en determinados temas, más allá de las enciclopedias, las revistas, etc.? Entonces hay una cuestión que tiene que ver con esto, con que la Escuela todavía no pudo terminar de pensarse como que su función no es la de informar, y digo, las políticas neoconservadoras insisten en esto, en el sentido en plantean que la Escuela lo que tiene que hacer es crear competencias y estas competencias están directamente relacionadas con una cantidad de información y de habilidades, y estas habilidades y esta información se pueden adquirir en cualquier otro lugar y mejor que en la Escuela.

Lo que yo digo que están planteando las políticas neoconservadoras en la Escuela es insistir en que la función de la Escuela es formar competencias y cuando lo planteamos desde ese lugar: Que lo que tenemos que hacer en la Escuela nosotros como docentes es formar competencias. Quedamos atrás. Porque la escuela, yo creo, que su función no es crear competencias, más allá de que hay aprendizajes que son válidos y la Escuela los tiene que llevar a cabo, pero la función de la Escuela sigue siendo otra. La función de la Escuela sigue siendo la socialización y esto no se puede lograr a través de la información. Al perder la Escuela su función socializadora, al quedar minimizada al menos, por esta otra función muy fuerte que se le impone y todos los cursos de capacitación para los docentes, han insistido en esto, ¿si?, un docente que sepa, y que sepa, y que sepa y que sea y sepa más de lo que sabe la enciclopedia y que esto sea lo que transmita al alumno, acá es donde el docente falla, acá es donde fracasa y acá es donde el docente, en estas Escuelas, en donde se encuentra con chicos que poseen mucha información, siente que no tiene nada para dar.

-Todo el desinterés, la apatía que vive el adolescente actual,¿ es producto de este contexto?

El de la apatía es otro problema. Yo creo que esto tiene que ver, o sea, porque yo diferenciaría dos cosas: primero: Lo que es el contexto socioeconómico y cultural que me lleva a pensar estas cuestiones y segundo, lo que es la crisis social. Es decir, yo a la apatía, al desinterés lo puedo pensar desde la crisis social. Y creo además que el tema del desinterés es algo nuevo y producto de esta época. Digo no es que siempre hubo gran interés, ¿si?, pero ir a la Escuela tenia un sentido, este sentido lo sostenía al pibe en el aula y lo llevaba a agarrar un libro de vez en cuando, hoy lo que decimos apatía, desinterés en realidad es mucho más serio, porque de lo que estamos hablando es, digo, a ver, y porque lo relaciono con la crisis social. Porque hoy el desinterés  no es que no me interese esta materia pero me interesa aquella otra, que esto sí pasó siempre; no es que no me interesa este tema pero me interesa aquel otro y que entonces el docente si hacía una linda oferta, con un buen programa y donde dejara algunos espacios  para que el propio adolescente dijera cosas, sabía que podía motivar a sus alumnos y que en definitiva en algún tema o en alguna materia se iban a enganchar. Hoy nos encontramos con otro problema que es mucho más profundo, más complejo y es que: “No me interesa, ni siquiera intentar hacer el esfuerzo de ver si me interesa”, ¿si? Yo lo ubico con esa frase: “No me interesa ni siquiera hacer el esfuerzo de ver si me interesa”. Entonces es un desinterés mucho más profundo, porque es un desinterés que está puesto en que no me interesa hacer el esfuerzo de ver si me interesa. Y esto tiene que ver con la crisis de época.

Y esto es un problema que podríamos decir, al ser un problema de crisis de época tiene que ver con todos los países que hoy están sufriendo este efecto de lo que se llama la Posmodernidad. Claro que el primer mundo tiene otras cuestiones puestas ahí, porque logró encontrar otras alternativas que los países del tercer mundo o subdesarrollados  o dependientes o como le quieran llamar no han logrado y esto es hacer una calificación dentro del sistema educativo por las acreditaciones que sí le da sentido, pero le da un sentido económico. O sea, lo que regula hoy las relaciones no son los lazos sociales vinculados a un estado que organiza un proyecto social, sino que lo que sostiene y organiza los vínculos son las leyes del mercado estas leyes del mercado, donde funcionan bien, pueden que produzcan algún tipo de promoción dentro de la educación, en los países como los nuestros no, para nada, y esto no tiene que ver no con excluidos ni con incluidos ni con tener dinero o no tener.

LOS MODELOS QUE SE PROPONEN DESDE LOS MEDIOS

Empecemos por no echarle la culpa a nada ni a nadie. Yo lo plantearía tratando de comprender lo que está sucediendo, o sea, que mecanismos  nos llevan a esto. Que son los mismos mecanismos que llevan a la televisión a plantear lo que plantean y bueno, a la Escuela  a hacer lo que hace. Los mecanismos a partir de los cuales estamos viviendo esto que se llama la crisis de la modernidad, es que caídos  los grandes fundamentos que le daban sostén, que le daban sentido al proyecto de la modernidad, caídos esos argumentos, nos quedamos sin lo que se llama la utopía, sin un modelo social sostenido en algún ideal. El corrimiento del Estado, producto también de esta crisis del proyecto social de la modernidad, corrido el Estado, los lazos sociales deteriorados, diluidos digamos, des- significados,  hace que quien empieza a regular las relaciones institucionales y de las personas entre sí y con las instituciones sean las leyes del mercado… ¿Qué es lo que sucede con las leyes del mercado? Las leyes del mercado no interpelan a las personas en tanto sujetos cívicos o políticos como hace el Estado. El Estado nos interpela a nosotros como ciudadanos y este era el modelo que la Escuela tenía, estaba formando a los futuros ciudadanos, cuando no está la interpelación del estado como interpelación política que interpela a un ciudadano, sino que lo que hay es una  ley del mercado que a ¿quien interpela el mercado?, a los consumidores, ¿si?. Entonces, o sos consumidor o nos sos consumidor y si no sos consumidor sos un excluido. Esto es muy fuerte porque está constituyendo subjetividades diferentes. Y los medios en realidad son el modo a través del cual nosotros vemos como se vehiculiza esta lógica del mercado. Por eso digo: No es que tenga la culpa la tele, ni la red de Internet, ellos son los que vehiculizan estas reglas del mercado y que hacen que nosotros convivamos con ellas desde que nos levantamos y prendemos la tele o la radio.

El nuevo lugar de la rebeldía, ¿Existe el alumno rebelde?

El alumno rebelde existe, lo que pasa es que interpela desde otro lugar. Digo; si yo no soy un sujeto político que tengo deberes y derechos y lo que soy es un consumidor, yo lo que voy a exigir por parte del otro en este vínculo regulado por las leyes del mercado, lo que voy a exigir del otro es: Que es lo que me está vendiendo. Entonces, no lo voy a cuestionar como cuestionaría un alumno en otro momento en otra época sino que lo que le voy a cuestionar es que lo que me vende no me sirve.

Actualmente, la Escuela ¿Es considerada un referente para los adolescentes?

Hay que preguntarse: ¿La Escuela, referente para qué? En definitiva creo que sigue siendo un referente para el adolescente, pese a todo, sigue siendo un referente. Tal vez un referente cargado negativamente, pero sigue siendo un referente porque el pibe en la escuela pasa horas y horas, días y días, meses y meses, años y años y ahí adentro pasan cosas. Creo justamente que cuando la Escuela pierde esta función socializadora, la pierde de vista como objetivo más allá de que la sigue cumpliendo. Mal pero la cumple. Quien se está encargando de mostrarle a la Escuela que la función que cumple es esa es el adolescente, cuando busca armar en al Escuela este vínculo social, este lazo social con sus compañeros, que no lo puede armar en otro lugar, pero que la Escuela tampoco le permite armarlo, porque la Escuela se la pasa diciendo “que se calle la boca y que no hable con el compañero”.

Y cuando hablo de lazo social estoy hablando de otro modo de interpelar al alumno. Fijáte que el modo como se maneja la evaluación, hoy, también está respondiendo a las leyes del mercado, o sea, en los modos como la Escuela interpela al alumno y los modos como el alumno interpela al docente y el conocimiento como “LA MERCANCÍA” en el medio tiene que ver con esto. Entonces que en este marco yo le diga por ejemplo, que “formen el centro de estudiantes”, me van a decir: “¿Para qué?, ¿qué me interesa?”, porque si yo les digo que se reúnan en grupos  para hacer un trabajo, me van a decir: “¿Para qué?, “Si lo hago más fácil solo en mi casa, con el Encarta”. “Para qué voy a perder tiempo, yo lo que quiero es otra cosa”, te dice el adolescente. Tendríamos entonces que pensar una propuesta, que implica una serie de cosas, pero para poder pensar esta propuesta es que tenemos que pensar: ¿Qué nos está  pasando? Lo que nos está pasando es: Que la Escuela tenía sentido en el marco de otro proyecto, el proyecto de la modernidad. ¿Porqué?, porque la Escuela era la encargada de transmitir a las nuevas generaciones, la ciencia, la técnica, el arte, la cultura que generaciones anteriores habían construido, porque a través de esta ciencia se iba a lograr el progreso, el desarrollo. Cuando se muestra que la ciencia no lleva al desarrollo, que la ciencia no lleva al progreso, sino que a lo que nos lleva es a un deterioro cada vez mayor del planeta, a las guerras mundiales, al agujero de ozono y todo lo que aparecía como “el progreso” al que la ciencia nos iba a llevar, cae como proyecto de la modernidad y el Estado que era el encargado de organizar a la sociedad pierde también su sentido en esta imposibilidad de hacerlo y viene el mercado a regular desde el capitalismo más salvaje otro tipo de vínculos, acá es donde la Escuela se queda sin sentido. Porque lo que transmitía tenía sentido, y ahora ha dejado de tenerlo.

El Estado necesita dos instituciones fuertes, podríamos decir tres instituciones fuertes para cumplir su misión. Una es la familia, la familia se crea como producto de la constitución de los estados nacionales, es una institución que antes no existía. La otra institución que se crea es el ejército, como defensa y la tercera es la escuela. Entonces la crisis social escuela- familia está atravesada por esta crisis del Estado. Pero porque: Porque tenemos una escuela que está pensada para otra cosa, ese es el problema. Tenemos una Escuela que está pensada para formar futuros ciudadanos  que este Estado necesita. Tenemos una Escuela que está pensada para transmitir la ciencia, el arte, la técnica, como cosas que en sí, tienen valor incuestionable y hoy todo esto está cuestionado; el valor de estos conocimientos está cuestionado.

-Entonces, ¿Cuál debe ser el rol del docente y de la Escuela en este marco? ¿ Cuál es su responsabilidad?

Al caer la Modernidad como proyecto, otras de las cosas que cae es lo que se llama la autoridad patriarcal. ¿Por qué cae la autoridad patriarcal? Cae porque aparece la mujer con sus derechos y aparece el niño con sus derechos. Esto que impacta como una cosa muy progresista hace que el concepto de autoridad patriarcal desaparezca, se desvanezca, deje de tener el valor, el sentido fuerte que tenía y con esto cae lo que sería el valor del adulto, la autoridad del adulto. El problema es que hoy en las Escuelas no tenemos adultos frente a los niños ni a los adolescentes, más allá de que tengan la mayoría de edad. Lo que tenemos no siempre son adultos y lo que está cuestionado y dificultado en el rol del docente, es que el docente antes entraba al aula investido de una autoridad que se la daba el propio proyecto social  y la función y valor de la Escuela. Era una autoridad que no la tenía que poner él. Ya venía investido su rol con esa autoridad. Hoy no la tiene, la tiene que construir y no sabe como construirla porque la tiene que construir desde un lugar de adulto que no saben muy bien cual es ni para que está ahí, ni que es lo que está haciendo ahí y el modelo que propone esta nueva sociedad como modelo a imitar no es el adulto, es el adolescente. Entonces el adolescente está en mejores condiciones que el adulto para proponerse como objeto para ser imitado. Todo aquello que investía el rol del docente es como que quedó desnudo. Hay que construirlo de nuevo, re-significarlo desde otro lugar. En esta confusión en la que vivimos, muchas veces el adulto lo que hace es ubicarse del lado del adolescente y proponerse como objeto de identificación adolescente y esto el adolescente no lo necesita, porque él mismo es su propio objeto de identificación. Lo que sigue necesitando el adolescente es tener un adulto adelante  y esto es lo que no tiene y no lo tienen en la casa, y no lo tiene en la ciudad y no lo tiene en ningún lado y esto es lo que genera toda esta situación que podríamos decir de violencia, de apatía, de desinterés, problemas digamos que nos superan en las Escuelas, ¿Pero porqué nos superan en las Escuelas? Porque los tenemos todos juntos ahí, porque nos están superando socialmente. Entonces, la función de la Escuela, yo creo que tiene que ver con esto, con poder recuperar algo de lo que es el sostenimiento e la asociación, poder recuperar algo de aquel proyecto de la Modernidad que hoy está en crisis y que tiene un montón de puntos complejos, negativos y para revisar pero que no es para tirar a la basura.

Y que en lugar de sostener estos vínculos desde una estética que está muy fuertemente impregnada desde los medios de comunicación,  tendríamos que poder encontrar el modo de sostener esto en una ética, pero mucho más fuerte incluso que la ética de la Modernidad, porque si nosotros pudiéramos pensar un modo en que el adulto, puesto en un fuerte lugar ético pudiera entrar a un aula, a una escuela a discutir desde ese lugar ético con los adolescentes, los adolescentes está ávidos por todo eso, porque si algo define al adolescente es este tipo de búsqueda. Se dice a veces que al adolescente, o al niño no le interesa nada, y esto no puede ser. Lo que no le interesa es esto que le estoy ofreciendo de esta manera, porque esto mismo que le estoy ofreciendo: “Vamos a ver que hay dentro de una célula”, se puede transformar en la experiencia más interesante del mundo. El tema es como se lo presente. No es que yo tengo que competir con el mundo del espectáculo para presentárselo. Yo digo que no hay que competir en este sentido, porque entonces empiezo a jugar con la lógica de ellos, que es la lógica de la estética por sobre la ética y el de las leyes del mercado regulando por sobre el lazo social. Esto no quiere decir que yo no pueda decir en el aula: “Chicos, vieron tal película o tal programa”, pero yo no tengo que trabajar con ese modelo, ni siquiera como aliado. Puedo usar la computadora, puedo usar la red de Internet, porque son lugares donde hay información, pero el tema es donde ubico eso, como lo ubico y para hacer que cosa. Lo que pasa es que hoy lo difícil es justamente sostener este lazo social, construir este lazo social, y acá es donde el vínculo con la familia y la Escuela se complejiza. Pensemos que hubo una época en la que la mayoría de la población sabía menos de lo que sabía el maestro. Hoy tenemos a la mayoría de la población que sabe más de lo que sabe el maestro. Antes a nadie se le hubiera ocurrido desprestigiar al maestro. Hoy cualquier padre, cualquier madre que manda a su hijo a la Escuela sabe más que lo que sabe el maestro. Ahora, esto porque. Es que ha habido un nivel cultural que ha crecido en la población porque las relaciones institucionales que estaban antes sostenidas por el contrato del Estado desapareció, el contrato fundacional del Estado respecto de la Escuela es un contrato que ya quedó claro que no existe y que no se cumplió nunca. Todo lo que el Estado dijo que iba a garantizarle a la Escuela, todo lo que la Escuela le dijo a la sociedad que le iba a garantizar no lo hizo. Entonces hoy cualquier padre se siente con derecho de ir a cuestionar cualquier cosa a la escuela, porque lo que ella le había prometido, no lo cumplió.

CONTENCIÓN O FUNCIÓN DE LA ESCUELA

Yo creo que nosotros estamos llamándole contención a algo que no es contención, que es la función de la Escuela y al decirle contención la estamos desvalorizando. Las políticas neoconservadoras a esta función socializadora y educativa la empezaron a llamar contención y nos dijeron: Eso no es lo que vos tenés que hacer. Y dicen: Hay que privilegiar la enseñanza, la información. Entonces, claro, no quiero ser yo la que tenga que venir a “contener” a estos chicos que se portan mal, porque yo fui enseñado para enseñar matemáticas, historia, geografía y porque además en la formación del profesorado me dicen que yo me estoy capacitando para esto. Para lo que nunca ningún docente fue capacitado fue para socializar, para educar, porque solo así actuando puedo ser adulto, ¿Se entiende?, y esto es lo que hoy, por el solo hecho de ser adultos ya no podemos hacer. Donde lo que tenemos que construir, por eso digo la diferencia entre las Escuelas pasa, por aquellas Escuelas que pueden construir buenos dispositivos para sostener algo y dar respuestas a algo de lo que está pasando y las que no lo pueden hacer. Porque estos dispositivos tienen que ver con construir un lugar para el adulto, y un lugar que no lo puedo construir sola cuando entro al aula, sino que tiene que estar construido institucionalmente. Solo, un docente en el aula, no puede modificar esto. Hay instituciones que pueden construir dispositivos, donde el docente tiene un lugar como adulto y es fuertemente sostenido y el adolescente ahí se siente contenido. ¿Por qué?, porque se siente contenido en una estructura social, donde hay un vínculo fuerte, donde hay un adulto que está atento. Y creo que el problema es ese, que cuando decimos: los docentes no estamos preparados para contención, porque estamos preparados para otra cosa, es que lo que nos pasa es esto. Que como adultos no sabemos como actuar frente a un niño a un adolescente. Nos supera. Cuando antes esto era algo que no tenía porqué superarnos. Por el solo hechos de que aparecía un adulto el niño lo respetaba. Hoy esto no es así; por esto que decíamos de la autoridad patriarcal que ha caído. Antes el modelo de adulto era un modelo fuerte, en la Escuela de hoy no hay adultos y no los hay porque no hay personas que puedan posicionarse en ese lugar porque es un lugar difícil. Es más fácil posicionarse en el lugar de adolescente. Poder sostener esto que dice Winnikot, que es: La pelea del adolescente con el adulto, para que el adolescente simbólicamente pueda matarlo al adulto para a partir de ahí construirse él mismo como adulto. Esto no lo podemos hacer, nos cuesta hacerlo. Y no es algo que se aprenda en el profesorado. Es algo que tiene que ver con una función que tiene que cumplir la Escuela como institución y acá es donde aparece esto que ustedes dicen del espacio social colectivo. ¿Qué es un espacio social colectivo? Es eso que yo puedo construir en un aula pero porque lo tengo como contexto social en la institución. Ahora si yo tengo una institución desmembrada, desgajada, desarticulada y todos peleados con todos, donde el director no se hace su rol de director, donde los docentes no ejercen su rol como adultos frente al niño o al adolescente, entonces ahí no tengo contexto social, no tengo institución. Tengo grupos de chicos que son hordas, que no tengo como controlarlos. Entonces es cada vez más la cantidad de vigilancia que tengo que poner, como diría Foucault, mejorar los métodos de vigilar y castigar y cada vez los tengo que hacer más sofisticados. Y cada vez los tengo que hacer más sofisticados a estos métodos porque cada vez las hordas se me van más de las manos, porque no hay nada que las humanice, que las socialice. Entonces no se construye este espacio colectivo de aprendizaje. Entonces: ¿Qué podemos aprender en esas circunstancias? No podemos aprender nada. El aprendizaje se da siempre, si tomamos lo que dice Vigostky o que dice Winikot también, ¿Dónde se da el aprendizaje?, y… se da en un lugar que no está no adentro no afuera, que es una tercer zona. Si esa tercer zona, ese tercer espacio yo no lo pude construir en la escuela, ni en el aula, no tengo donde aprender, porque no se aprende dentro de la cabeza, ni afuera en el cuaderno. Se aprende en otro lugar que está entre mi cabeza y la cabeza del otro, entre mi cuaderno y el cuaderno del otro, entre estos cuadernos y el pizarrón, entre nuestras cabezas y la del docente, ahí se aprende. En esa interacción donde se construye un tercer espacio. Ahí se aprende, después yo me lo apropio y lo puedo llevar a lo que sería  desarrollo personal. Después me lo puedo meter en la cabeza, diríamos si lo queremos graficar, pero primero está “ahí”, pero un “ahí” que no es afuera, no es afuera mío. Es un “ahí” que está a manos de todos, ¿sí? El concepto de interacción lo que me muestra es esta ida y venida de los mensajes y las comunicaciones. El concepto de tercera zona sería eso que entre lo que cada uno de nosotros piensa, lo que entre todos cada uno sabe hacer, podemos hacer cuando estamos juntos y no podemos hacer en forma individual, algo que se puede producir si estamos juntos y no se puede producir en forma individual. Esa es la tercer zona, ahí se aprende.

Ahora, si yo estoy: “Calláte, no lo mirés al compañero, no le copies, no hables con el de atrás, no hables con el de adelante”, si para poder conversar con el docente tengo que pedir permiso, tengo que levantar la mano, hay tanta burocracia, tanto requisito que no puedo construir nada ahí. Porque esta tercer zona sería esto que decimos; si hay un bebé sentadito en el suelo, de once meses, y yo le agarro la manito, el se agarra de mi mano, se para y camina, y lo suelto y se cae. Yo que digo, que ese bebé, ¿sabe caminar o no saber caminar?, está aprendiendo a caminar, pero camina, o no. Sí, camina, pero como camina: Camina con la ayuda de otro; yo le suelto la mano y no camina más. Pero yo no puedo decir que no sabe caminar, porque cuando yo le doy la mano sí sabe caminar. Y acá está el concepto de andamiaje  que construye Auzubel, lo toma del concepto de zona de desarrollo próximo de Vigostky. El concepto de Zona de Desarrollo Próximo es donde se aprende, que Winnikot le dice tercera zona o la zona del juego. Cuando un niño juega construye otro mundo, mientras juega. Eso que construye como otro mundo, esa es la que sería una tercera zona  o un espacio lúdico. Este espacio lúdico que tiene que ver también con un tiempo lúdico es el tiempo de aprender, este es el tiempo que la Escuela hoy no tiene. En la Escuela se usa mucho tiempo para enseñar y poco tiempo para aprender. Para enseñar como si lo que el docente dice entrara directamente por la oreja, por los ojos directamente a la cabeza del alumno y así aprendiera, pero no se aprende dentro de la cabeza. Se aprende en otro lugar. Una vez que lo aprendí, que lo construí en otro lugar, recién después me lo puedo apropiar. Entonces este nene que yo le tengo que andar dando la mano para que camine, un día ya no va a necesitar más la mano, lo va a poder llevar eso que aprendió en esa zona que construye con el apoyo del otro, lo va a poder llevar a su desarrollo personal y va a caminar solo. Y esto pasa con todos los aprendizajes. Y yo creo que la responsabilidad, la función del docente hoy es construir ese espacio.

Lic. Hugo Marengo

Silvana Caletti
Rosarioeduca

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