Diciembre 2012 – CLAUDIO RUÍZ
Artista Plástico “Creo que todavía nos falta desarrollarnos mucho más como sociedad, para permitir al artista vivir de su trabajo” |
Por Fabio Montero
La Escuela Provincial de Artes Visuales “General Manuel Belgrano” fue creada en 1941, con el nombre de “Escuela de Artes Plásticas” y comenzó a funcionar en un edificio de la calle San Martín 474. En 1950 pasó a llamarse “Escuela Provincial de Bellas Artes de Rosario” y a partir de 1962 tomó el nombre de “Escuela Provincial de Artes Visuales General Manuel Belgrano”, pasando a depender de la Dirección Provincial de Cultura (hoy Ministerio de Innovación y Cultura). En 1979 la Institución se trasladó a su actual sede en el Complejo Cultural “Pedro de Vega” donde comparte edificio con la Escuela Provincial de Cine y Televisión y con la escuela de Teatro.
Por sus aulas pasaron artistas plásticos rosarinos de relevancia como César Caggiano, Félix Molina Trelles, Lucio Fontana, Félix Pascual, Fausto Hernández, Jacinto Castillo, Juan Naranjo, Pedro Sinópoli, Oscar Herrero Miranda, José Gerbino, Carlos Uriarte, Jorge Martínez Ramseyer y Julián Usandizaga, entre otros.
El artista plástico Claudio Ruíz, es rosarino por adopción y desde el año 2010 ocupa la dirección de la escuela. Se recibió de Maestro y Profesor de Artes Visuales en la Escuela Provincial de Artes Visuales “General Manuel Belgrano” de nuestra ciudad, donde además se desempeñó como Docente, Jefe del Departamento de Práctica y Regente. Realizó su Postítulo de Formación Universitaria en Artes Plásticas en la Facultad de Humanidades y Artes de la U.N.R y participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas en diferentes lugares del país. En el año 2000 creó la galería virtual Proart. Coordinó muestras grupales en distintas provincias de nuestro país donde obtuvo importantes distinciones en salones oficiales y privados. Se dedica a la escultura desde hace más de 25 años.
Ruíz se define en una “búsqueda vinculada con los sentimientos que queda plasmada en sus obras. Aborda esta problemática desde las infinitas posibilidades del hierro, la confrontación con elementos transformadores como el fuego, la presión, el golpe, el paso del tiempo, alterando sus propiedades naturales, resignificándolo desde la textura, el color, los símbolos, pero sobre todo confrontando su fuerza en contraposición con la visión creadora”.
Su impronta creadora le ha dado un nuevo perfil a la escuela de Artes Visuales (Una de las más importante del país), inquieto por su naturaleza artística, no se detiene a la hora de generar actividades “Mi gestión directiva tiene que ver con la apertura –dice- como equipo directivo tratamos de escuchar todas las inquietudes, y a lo largo de estos años, recibimos muchas propuestas que se concretaron en el corto y mediano plazo. Muchos de esos aportes, facilitaron nuestro trabajo, y posibilitaron futuras participaciones. Estoy convencido que para posicionar a una institución en lo más alto de sus posibilidades, tenemos que aprovechar todos los puntos de vista de sus integrantes” –dice-
¿Por qué elegiste la docencia?
Creo que de toda la vida me gustó enseñar, y siempre me gustó el arte, tenía 18 años cuando descubrí que juntando esos dos grandes intereses podía encontrar la profesión de mi vida. Empecé mi formación en el año 1985, en la misma escuela donde actualmente me desempeño como Director, para mí la Escuela Provincial de Artes Visuales fue de una gran importancia, me formó como artista, como docente, conocí a la que es mi esposa desde hace 23 años, volví como profesor, fui Jefe de Área en dos oportunidades, Regente durante un año y desde hace más de dos años estoy como Director.
En noviembre la Escuela provincial de Artes Visuales realizó el primer congreso con importantes figuras del quehacer artístico, educativo y del diseño. Concurrieron más de quinientas personas de todo el país y se realizaron más de treinta ponencias donde participaron, además, panelistas de Chile, Uruguay y Guatemala. El Congreso contó con la Declaración de Interés Cultural de la Provincia de Santa Fe y fue declarado de Interés Municipal por el Concejo Municipal de Rosario.
“La idea original – dice Claudio Ruíz – es realizarlo cada año teniendo como sede las diferentes Escuelas de Artes Visuales de nuestra provincia que dependen de la Dirección Provincial de Educación Artística del Ministerio de Innovación y Cultura. El primero se realizó acá en Rosario porque la idea surgió desde nuestra escuela, el año próximo se haría en la ciudad de Santa Fe, el otro en la ciudad de Reconquista y nuevamente seríamos sede en el año 2015” concluye
¿Cómo te definirías desde tu profesión de artista plástico?
Me defino como escultor, hace más de 25 años que expongo. Tengo una búsqueda relacionada principalmente con la exaltación de la forma, pero fuertemente ligada al concepto espiritual.
¿Cómo desarrolla la profesión en nuestra ciudad un artista plástico?
Si bien nuestra ciudad es un importante polo cultural, en las artes plásticas no está desarrollada al nivel de otras grandes metrópolis. No hay demasiadas galerías de arte, mucho del trabajo del artista tiene que ver con desviar su enfoque de la producción, y tener que ser su propio gestor cultural, el representante de su obra. Lógicamente, esto algunos artistas lo resuelven mejor y otros en cambio no. Por suerte, desde hace unos años se empezaron a abrir espacios alternativos que facilitan la necesidad de mostrar que tiene todo creador. Creo que todavía nos falta desarrollarnos mucho más como sociedad, para permitir al artista vivir de su trabajo.
En general se cumple eso de “nadie es profeta en su tierra” –dice Ruiz- pero desde hace unos años se están realizando una serie de reconocimientos en vida, el Concejo Municipal ya nombró a varios artistas plásticos rosarinos como “Artistas Distinguidos”. Nuestra escuela formó parte del proceso de reconocimiento del Prof. Jame Rippa, y para él fue una emoción muy grande, después le tocó el turno a Julián Usandizaga, los dos fueron profesores muy destacados de nuestra escuela. Estos reconocimientos no tienen precio, poder ser valorado por tu trayectoria artística, sentir que a tu propia ciudad le interesa tu historia, tu recorrido, creo que es un paso importantísimo para quienes dedicaron toda su vida a la creación. Eso sólo no alcanza, pero es un primer paso importante.
¿Con qué materiales trabajas?
Desde hace unos años me encuentro trabajando con hierro, si bien en otros momentos utilicé otros materiales. Construyo a partir del metal, sueldo, corto, perforo, torsiono, trabajo con formas que intento relacionar con problemáticas humanas, trato de emparentar cuestiones espirituales con procesos materiales. Cada obra la abordo desde una idea que puede o no estar plasmada en un boceto previo, a medida que el concepto se materializa y va tomando forma, muchas veces muta, se transforma por diferentes circunstancias. A veces las respuestas materiales, otras veces algunos hallazgos durante el proceso de concreción y muchas veces un cambio de dirección por el diálogo que se establece con los materiales. Si bien parto de ideas bastante claras, el nombre de la obra no surge hasta el momento final, es como el corolario de todo el proceso. En algunos aspectos mi acercamiento al material es totalmente físico, en lugar de calentar los materiales para debilitarlos y llevarlos a la forma deseada, prefiero trabajar en frío, golpeando, prensando, expandiendo el material dentro de su propia respuesta. Es un proceso bastante catártico, visceral, trato de llevar el material hasta sus límites físicos, si necesito una apertura mayor de un perfil, lo desbasto, lo debilito, y vuelvo a aplicar presión y golpes para llegar a la forma deseada.
¿Quién cotiza la obra?
En general los precios los pone el propio artista, y la forma y valores, son diferentes para cada uno. En una etapa de mi vida, no me interesaba tanto el valor de venta, me parecía que el precio no tenía que ser un impedimento para que el que quería tener una obra mía, pudiera acceder a ella. Lógicamente, los valores suben cuando hay más demanda y no siempre el comprador está dispuesto a pagar el precio puesto por el autor. Entre lo que el autor tasa y lo que el comprador paga, se va definiendo un valor relativo de la obra. Una mayor trayectoria, logros importantes, subirán el valor de venta, y la falta de demanda bajará los precios.
¿Es difícil instalarse como artista?
Creo que todo depende que tipo de legitimación espere el propio artista. No existe un sistema de calificación que disponga quién se instala y quién no, en el mercado del arte. Creo que cada autor tiene su propio nivel de expectativas, en mi caso me sorprendió mucho el hecho de ser invitado a exponer o mostrar mis obras en el exterior, sin haber trabajado específicamente para eso. El hecho de integrar muchas páginas de arte en internet, posibilita que mucha más gente tenga acceso a la producción, y me llevó a recibir convocatorias para exponer en países como Francia y México.
¿Qué sentís cuando creas?
Creo que cuando se habla de un hombre hecho a imagen y semejanza de Dios, el principal atributo de Dios como creador, se posesiona del ser humano. El poder crear una obra capaz de transmitir múltiples mensajes que sensibilicen al espectador, es una experiencia trascendental. Si a eso agregamos la posibilidad de que esa obra perdure en el tiempo y en el espacio superando la expectativa de vida del autor, le da a la obra el carácter de legado.