Escribir ensayos persuasivos
En escritos persuasivos, intentamos convencer a otros que estén de acuerdo con nuestra opinión, comparta nuestros valores, acepte nuestros argumentos y conclusiones, y adopte nuestro punto de vista.
Elementos para construir un buen ensayo persuasivo:
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Establecer verdades o hipótesis para fundamentar un argumento
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Clarificar valores relevantes para su audiencia (perspectiva)
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Priorizar, editar y / o secuenciar
los puntos y valores en importancia para construir el argumento -
Formar y establecer conclusiones
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“persuadir” a la audiencia que tus conclusiones están basadas en verdades y en valores compartidos.
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Tener la confianza para comunicar tu “persuasión” en el escrito.
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Aquí hay algunas estrategias para completar un escrito persuasivo:
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Escribir las preguntas con tus propias palabras.
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Pensar en las preguntas puestas en los contenidos mientras lees e investigas. Determinar: realidades o hipótesis, recursos utilizados y referencias, y qué pensás sobre el argumento del autor.
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Alistar los fundamentos, considerar su importancia: priorizar, editar, secuenciar, etc… Preguntáte que te estás olvidando.
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Cuáles son los “puntos emocionales” del escrito?
Alistar posibles emociones o reacciones emocionales y reconocerlas para su posterior uso. -
Empezar a escribir! (ver Escribir ensayos)
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Escribir tu primer párrafo: introducir el tema, informar al lector sobre tu punto de vista, entusiasmarlo para que continúe leyendo, focalizarte en las tres ideas principales.
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Releer tu escrito
con una mente abierta y lápiz afinado -
Editar, corregir, y reescribir si es necesario
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Volcarlo en el papel
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Celebrar un buen trabajo hecho, con la confianza de haber hecho lo mejor.
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Cómo responder a una crítica:
Considerar una crítica como una prueba de tu poder de persuasión. Intentá no tomarlo como algo personal. -
Si tus fundamentos son criticados, chequeálos nuevamente, y luego citá las fuentes.
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Si tus valores son criticados, algunas veces necesitamos acordar “para no estar de acuerdo”. Recordá que tu éxito en persuadir a otros da cuenta de que otras personas están abiertas a ser persuadidas
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Miedo: Si no solés comunicarte, especialmente escribiendo, quizás necesitás superar tus miedos. Escribir es un permanente grabar todo lo que ves, y el “contexto” no es tan importante como en el discurso las palabras “colorean” al texto. Por ejemplo; tus lectores no te van a ver, solamente van a leer tus palabras. Ellos no saben cómo sos, dónde vivís o quién sos.
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Felizmente, en la escuela y en clase, tenemos un espacio seguro para practicar el arte de escribir y de la persuasión. Luego, cuando estamos en nuestra comunidad, en el trabajo, en la iglesia, con los vecinos y con nuestra familia, podemos beneficiarnos con esa práctica.
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La persuasión también tiene otra dimensión: está construida por verdades o realidades que ilustran conclusiones. Por supuesto, esto significa que necesitás saber de qué hablás, y no podés ser suave con esos puntos, o no tendrás éxito en convencer a alguien. Esto muestra otro nivel del miedo: temor a cometer un error que convierta a tu argumento o persuasión en algo sin significado. Desde que escribís, las palabras están en el papel para que todos las vean, necesitás trabajar para asegurarte que tus verdades o hipótesis están en orden.