Junio 2003 – ANTONELA D´ANGELO, MERCEDES LOPEZ CAMPILLO y Hno. CESAR GARCIA
ANTONELA D´ANGELO, MERCEDES LOPEZ CAMPILLO y Hno. CESAR GARCIA
Alumnas de 3er año polimodal y Coordinador del Colegio Maristas. Realizan tareas de apoyo escolar en el anexo que posee la escuela en la zona sur de Rosario. “Los chicos se acercan para saludarte, y ahí notas que la tarea es algo más que sólo darle clases de apoyo escolar.” |
A.D – Hace unos años, estaba aquí el Padre Guillermo, con él empezamos la tarea de dar clases de apoyo en la escuela dependiente de la Congregación Maristas, en la zona sur de Rosario.
M.LC -Es una escuela que tiene una condición precaria, le faltan un montón de elementos, los chicos se mueven de otra manera, es una realidad distinta. Compartimos los profesores y a la comunidad educativa. A partir de esto, nos propusieron ayudar en contraturno a estos chicos para intentar disminuir los posibles problemas que aparecían.
¿La escuela implementa este apoyo como parte de algún programa educativo?
H.C.G- En realidad, esta escuela de zona sur comenzó siendo un aula radial del colegio de calle Oroño de Rosario, hasta que finalmente se independizó y este año cumplió el 10° aniversario. Fue creciendo desde abajo con grupos pequeños en las primeras aulas, y hoy ya tiene hasta EGB 3 con un alumnado bastante nutrido -alrededor de 700-.
¿Qué las motivó a aceptar esta invitación para cooperar con estos chicos?
A.D- Al principio fue probar para ver si nos gustaba, después les vas tomando cariño a todas las personas, y te sentís obligado porque te gusta y porque te da una gran satisfacción personal. A mi me pasa eso. Me gusta ir a pesar de que pienses que no estás haciendo algo grande…
M.LC- …Es más la contención afectiva lo que les das a los chicos, porque al principio fuimos para conocer otra realidad, y después te das cuenta de que cuando llegas a la escuela, los chicos se acercan para saludarte, y ahí notas que la tarea es algo más que sólo darle clases de apoyo escolar.
¿Cómo se organizan entre ustedes?
A.D- Ahora ya somos un grupo definido de personas, somos cuatro más el Hermano. Al principio la propuesta fue para el curso de polimodal en general, entonces unos iban y otros no, y no se daba en forma regular. Ahora nos ponemos de acuerdo para ir un día de la semana y una hora, entonces determinados chicos vamos y hacemos las tareas programadas.
H.C.G- En este caso, lo que me llamó la atención al regresar este año a Rosario, fue la inquietud que presentaron los chicos, siempre me preguntaban “cuando retomamos?”, continuando con lo que venían trabajando, entonces traté de concretarlo para que esa labor no quedé parada. La relación afectiva que se ha logrado con los chicos de otros años quedó muy grabada y eso se demuestra cuando se encuentran con esos “ex alumnos”. Básicamente la organización no es complicada, este año se ha buscado tratar de articular más con la gente que trabaja en el gabinete en la escuela de zona sur, y con los docentes titulares de los chicos que tenemos en el grupo. Comenzamos ahora con chicos de tercer año EGB, porque cuesta la perseverancia y la constancia en el ir al colegio, más allá de problemas como la lluvia que dificulta llegar hasta allí.
Los alumnos que realizan el apoyo culminan este año el nivel medio ¿está previsto que la tarea se continúe con otros alumnos?
A.D- Teníamos pesado no dejar, pero también tenemos el apoyo de madres que nos ayudarían a continuar con las clases de apoyo.
..es una manera de integrar a la comunidad con la escuela…
M.LC- Hay otros grupos que tienen y tenián pensado colaborar, pero empezaron y no fueron muchos los que “sobrevivieron” y dejaron, o iban de vez en cuando. Nosotras queremos seguir esto como algo extra escolar, nadie nos obliga a hacerlo.
¿Por qué utilizan la palabra “sobrevivir”?
M.LC- Porque es difícil tratar con chicos que no sabes como van a reaccionar, hay algunos que son muy afectivos y están siempre “pegados” a nosotras, te abrazan, te hacen cartitas, pero cuando son muchos y nosotros pocos, necesitan más atención y no podés llegar a todos y entonces reaccionan mal, se enojan, no te hablan, y cuesta acostumbrarse a eso y a intentar manejarlo. El nivel es muy desparejo, sus personalidades son distintas, vienen de historias distintas y eso hace que la relación cambie.
A.D- También esto es una forma de expresarse, a lo mejor te tratan mal pero siguen yendo, entonces les gusta que estemos ahí y que los acompañemos en este aprendizaje.
M.LC- Por ejemplo, tuve un chico que tenía muchos problemas y se enojaba, se quedaba toda la clase en un costado del aula, y me costó muchísimo que él me hable y ahora cuando paso me saluda y me da un beso y un abrazo. Me encantó saber que llegué a él.
…Tiene que ver con un crecimiento personal y de los chicos….
M.LC- Es una realidad muy distinta, en auto estás en diez minutos pero es un ambiente totalmente distinto, alejado de lo que vemos.
A.D – Por ejemplo, allá es mucho más alto el nivel de violencia entre ellos mismos. En general, siempre son respetuosos con nosotros, y hay historias que no podés creer que ocurran, que parecería que son de ficción, y no, pasa cerca de tu casa y a gente como vos. Nos pasaba que llegaba un chico y decía que su papá estaba preso, y que su mamá no vivía con ellos, y no tenían donde dormir. Es muy difícil entender que esto pasa y lo notas muy lejos.
¿Cómo manejan estos casos?
A.D- A veces quedamos en “shock” y no les podemos decir nada, lo primero que intentamos hacer es que ellos pasen un buen rato, que se diviertan y que estén contenidos por lo menos durante esa hora.
H.C.G- Por ejemplo, ya desde hace unos años lo primero que se detectó es el nivel de nutrición de los chicos, entonces de a poco se comenzó con el comedor. Ahora, al volver a encontrarme con esta obra, y más allá de que creció mucho, hay ciertos hábitos y herramientas que da la escuela y son muy importantes para el crecimiento de las personas. Y dentro de esto, la semilla que podamos sembrar desde esta hora semanal, con algo muy simple es muy importante.
¿Cómo es trabajar con estos adolescentes?
H.C.G- Es un mundo muy rico, con todos los cambios que se van dando en esa edad de crecimiento, y me parece óptimo cuando se logra un compromiso como el que asumen estos chicos, sobre todo el de la constancia. Ver cómo el adolescente cuando se interesa por algo, se involucra con todo. Es muy valioso.
M.LC- La escuela ayuda muchísimo, fue creciendo mucho desde que empezamos a ir, ahora hay más salones, más docentes, más padres.
A.D- Incluso colaboran los padres del colegio donde realizamos el apoyo, además en el comedor trabajan un montón de mujeres haciendo la comida y sirviendo, ellas viven ahí en el mismo barrio. Es una forma de que el barrio se preocupe por si mismo, y entre todos se preocupen por el bien común.
H.C.G- Esta idea está dentro del carisma de nuestro colegio, la obra de Marcelino quiso, justamente, fundar una congregación basada en la educación de los niños. Y esto es un ejemplo de esos valores.
Silvana Caletti
Rosarioeduca