Marzo 2010 – RICARDO RAMBAUDI

2010_marzo_ricardo_rambaudi

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2010_marzo_ricardo_rambaudi Es Licenciado en Ciencia Política, Especialista en Política y Gestión de la Educación Superior, Profesor Titular de Historia Internacional y de Historia Argentina y Latinoamericana Contemporánea, Director del ISET nº 18 (www.iset18.edu.ar), Coordinador Académico del IASDE (www.iasde.com.ar) y Consultor Educativo de la Fundación Tendrel

¿Cómo definiría ud. a la educación?

En primer lugar creo que una primera definición, esencial, ideológica y muy profunda es definirla como un bien público y un derecho humano personal y social.

¿Cómo se vincula ese Derecho con la Educación Superior?

En cada universidad, en cada instituto superior debe trabajarse para que este derecho se pueda concretar a través de la vinculación social de dichas instituciones por medio de sus áreas de Extensión y de los procesos de innovación socio productivos.

¿Y cómo se alcanza esa vinculación con el mundo del trabajo?

Es impensable imaginar una institución de educación superior desligada del mundo productivo. Las relaciones entre las políticas económicas y las políticas educativas definen un modelo de país. Nuestro país ha sufrido durante décadas la destrucción de su sistema productivo en manos del neoliberalismo. Es imposible pensar que las instituciones educativas de nivel superior hayan permanecido alejadas de esa situación. Hoy es otra la política económica y es nuestro desafío como educadores diseñar un sistema educativo que mantenga relación con el modelo de desarrollo vigente.

¿No cree usted que la escuela, en general, ha ido perdiendo saberes vinculados con el trabajo?

Si, es verdad, como sostiene la Presidenta de la comisión de Educación de la HCDN, Dra. Adriana Puiggros, lamentablemente la sociedad argentina ha ido perdiendo estos saberes expresados en proyectos de vida, laborales, y sociales. A la vez que la escuela no ha sido capaz de pensar prospectivamente el actual escenario de desarticulación entre ambos mundos. Es imperativo, entonces, volver a articular estos espacios alfabetizadores mediante puentes entre la cultura letrada y los saberes de la sociedad civil. El eje vertebrador de los proyectos está dado por la potencia del trabajo productivo, que supone saberes y aprendizajes compartidos, diversidad de experiencias y del saber hacer

Por lo tanto, en las últimas décadas ¿ha habido beneficiarios y excluidos de la educación y el trabajo?.

Ocurre que los fracasos de las políticas educativas del pasado se evidencian en los últimos años. Lamentablemente la cuestión educativa es una decisión de hoy que se evaluará dentro de años.

La educación superior, ligada a la política económica, ha sabido canalizar en los últimos años una demanda social de recuperación educativa a través de nuevos programas de formación para el mundo del trabajo y de la ciudadanía. Peor aún así existe un alto porcentaje de población con bajo nivel educativo (alrededor del 40% de la Población Económicamente Activa ha completado la primaria), el 25 % no ha completado el nivel medio. Estos son los excluidos de la educación y casi consecuentemente del trabajo. Los beneficiados serían el 15% que completó el nivel medio, de los cuales el 25% accedió a estudios superiores (accedió, no terminó).

A modo de conclusión ¿cuál sería la variable más importante que debería considerar un nuevo diseño curricular?

Sin lugar a dudas debería ser la reconstrucción de la cultura del trabajo para dejar de lado el paradigma neoliberal ¿estudías o trabajás? Y reemplazarlo por el de estudio para luego trabajar. Es la vigencia de esa cultura del trabajo la que ha sostenido la demanda de nuestros científicos y profesionales por parte de los centros de investigación y de producción más importantes del mundo.Es necesario, como sostiene Puiggros, que en la casa de cada pibe haya al menos un adulto con salario digno y que él sea el responsable de la reconstrucción de la mesa familiar para que la escuela pueda dejar de hacerse cargo de llenar ese vacío.Y culminamos con lo que fue el inicio de nuestra conversación: las políticas económicas, culturales, educativas de un gobierno deben ayudar a instalar, en primer lugar, y sostener, en adelante, la valorización de la cultura del trabajo y la integridad de la educación del trabajador. Y la educación superior está preparada para hacerlo, al menos la Educación Superior Técnica, sector en el cual desempeño mi actividad educativa.

Esp. Lic. Ricardo Rambaudi
http://ricardorambaudi.blogspot.com/
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Por Fabio Montero
Rosarioeduca

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